Es innegable que las anteriores siete ediciones del PIVE han ayudado a un sector que lo estaba pasando mal (si bien no era el único). Ha ayudado a modernizar el parque móvil español, sustituyendo 900.000 vehículos antiguos por otros con mayor eficiencia y más elementos de seguridad (no vamos a entrar en matices, pero en general ha sido así). También es cierto que han distorsionado el mercado (lo observamos en coches.com en las solicitudes de coches nuevos, que se disparan cuando se dice que los fondos están próximos a agotarse). No debemos olvidar tampoco que han incrementado la recaudación por impuesto de matriculación y por IVA.
Las patronales de fabricantes y concesionarios advertían de que el mercado no podría “caminar solo” hasta alcanzar el 1.200.000 unidades, que ellos consideran lógico en función del número de habitantes y nivel de renta. El anuncio del ministro llega ahora y todavía no se habrá llegado a esa cifra (estará más cerca del millón de unidades).
¿Dejarán de venderse coches? No creemos. Una ayuda de 2.000 euros no hará que el mercado se detenga. Se enfriará un poco, eso sí. Y las marcas ajustarán sus tarifas y promociones. Un ejemplo: yo mismo compré un coche nuevo antes del PIVE. La marca se comprometía a valorar mi coche antiguo en 2.500 euros. Mi antiguo coche, de 19 años, no interesaba al concesionario por razones obvias… y pude venderlo por mi cuenta. ¿Resultado? Más de 3.200 euros de rebaja en mi nuevo automóvil, sin tener que rendir cuentas a Hacienda por la subvención recibida.
El mercado debería seguir creciendo (si bien más lentamente, en 2016 y 2017. Hay mucho coche antiguo que en algún momento tendrá que ser renovado… y que una recuperación económica sin duda acabará haciéndolo. También es previsible que el fin del PIVE también haga repuntar el mercado de segunda mano… pero esa ya vendrá más adelante.
Vía: Europa Press